El club de los jerónimos

Fue en un viaje que hice a las islas de las Antillas, en el archipiélago de las Vírgenes. Residiendo temporalmente en San Juan de Puerto Rico me desplacé un fin de semana a un lugar cercano, bello y paradisiaco: la isla de Saint Thomas.

Nuestro protagonista, en un viaje a Saint Thomas, conoce a un anciano español: Miguel, un apasionado del fútbol que rememora su infancia y juventud en las calles de Madrid, la época más feliz e inolvidable de su vida. Miguel le entrega un manuscrito, escrito pensando en su hijo y en la juventud aficionada a este deporte.

“Leí el manuscrito y encontré en él: ternura, humor, espíritu de camaradería y una infantil y regocijante sinceridad”.

“Al fondo, en un cuartito iluminado por la tenue luz de una bombilla, tenía un pequeño baúl, y dentro, cuidadosamente doblados, los uniformes de Los Jerónimos. – Vea usted, vea: añejos, como el buen coñac, pero para mí, llenos de actualidad y de vida. Estas prendas que parecen cuerpos muertos, conservan una historia de fraternidad, nobleza y altruismo”.